El Ataque de los Clones

FRASE DE LA SEMANA:
Ligar, ligamos siempre todos.Otra cosa es
que nos guste el que quiere ligar con nosotros.

Estos últimos días hemos estado Tom y yo viviendo la noche fallera como buenos valencianos. Ya se sabe: mucha fiesta, mucho alcohol, mucha risa, pero sobretodo, mucha mucha gente por la calle a la que criticar, hablar (el alcohol es lo que tiene) y adorar (mira que los heteros pueden llegar a estar buenos). El caso es que estos dias sale gente que no suele salir habitualmente, entre ellos, muchas parejas gay.

Yo cada vez me doy más cuenta de lo narcisistas que podemos llegar a ser los maricas: estás en una discoteca, en un pub o similar (o en una verbena, por ejemplo) y ves a un chico que no está mal. Miras a su alrededor y encuentras… oh, sorpresa! otro chico igual al lado… y empiezan a besarse! Bueno, cuando digo igual me refiero a la misma ropa, el mismo corte de pelo… o lo que sea dependiendo del caso. Incluso es bastante común encontrar parejas gay de la misma estatura o con rasgos parecidos.

Igual son cosas mías, pero parece que cuando dos gays se hacen novios, poco a poco van mimetizándose (haciéndose exteriormente más parecidos, como un camaleón con el fondo, vaya). Cuanto más tiempo llevan juntos, más se parece su estilismo. Los dos de rayas, los dos con barba/perilla, los dos con piratas o los dos cachas, me da igual.

Aunque luego al hablar más profundamente con algunos ves que pasa un poco el efecto contrario: les gustan sus opuestos. Uno de los ejemplos que mas se encuentra es el del chico gordito (y más bien grandote) que le gustan los chicos delgados y poquita cosa (y no miro a nadie porque no tengo un espejo cerca). ¿Será porque no acaban de sentirse a gusto con su cuerpo? ¿Será por traumas infantiles varios? En mi caso reconozco que un poco sí.

Pero bueno, que en estos casos también se acaban pareciendo en la ropa y complementos. Igual es porque al vivir juntos se compran ropa que les vaya a los dos… Yo, como aun no he tenido esa experiencia (la esperanza es lo último que se pierde)… tampoco sé decírtelo, pero cuando he tenido novio confieso que si que acabábamos vistiendo de forma más o menos parecida con el tiempo.

Otra cosa ya es lo de tener personalidades muy parecidas. Casi todos admiten que cuando conocen a alguien les gusta el tipo de conversación de “Anda, ¡a mí me pasa exactamente lo mismo! Es como si te conociera de toda la vida”, pero lo de parecerse en la forma de ser ya no mola tanto. Y yo estoy de acuerdo. Si se parece a mi físicamente, bien (si no, que os diga Tom…), pero que sea igual que yo en todo… ¡Uf! ¡Qué agobio! Y qué aburrimiento, ¿no?

He dicho antes lo del narcisismo sin darle más importancia… No sé qué opinaréis vosotros, pero yo pienso que en cierto modo sí que podría tener bastante que ver con eso. Hay algunos (es algo que me suena bastante a hetero, hetero progre, claro) que piensan que besar a un tío es como besar un espejo… y creo que ahí (muchas veces) hay que darles la razón.

Pues nada, chicos, que con el alcohol que me queda en sangre y todo eso, hasta aquí puedo leer (Mayra Gomez Kemp forever!). La semana que viene más y mejor.

Texto de Eric