Tiempo atrás me pasó una cosa un tanto curiosa. Resulta que conocí a un chico y, después de un par de cenas (y consiguientes polvetes, claro, que yo no soy una señorita... aunque de vez en cuando grite que Sorry I'm a Lady), tocaba ponerse otra vez al tema. Y lo digo así porque, sinceramente, yo no estaba por la labor. Cosas que pasan.
Tampoco te aburriré contándote incopatibilidades del tipo que no soportaba que yo fumara, que si él solo comía pescado y verdura (y yo soy como muy de carne... preferiblemente en barra, claro), que si gustos musicales... y pasaré a contarte que sexalmente teníamos afinidad cero (que es como muy requeteimportante esto y lo realmente interesante, donde va a parar). Cosas como la forma de besar, que le gustaba que se curraran sus orgasmos (que, chico, donde esté uno al que pueda hacer que acabe cuatro veces en dos horas, que se quiten los que tardan hora y media)... Total, que irme corriendo me parecía un poco brusco... y que yo soy de los que se guardan la esperanza de que aquello pueda mejorar de alguna manera... Así que acabamos en la cama... pero al cabo de diez minutos aquello ya no pude más, se me bajó y no había forma humana de levantarlo.
En ese momento empezó a aplicar lo que yo llamo el protocolo de la picha pocha, que viene a ser una forma cuqui de decir a ver qué se me ocurre hacerte para levantártela (qué se me ocurre aparte de besarte y chupártela, quiero decir). Es cierto que de alguna manera yo también lo he puesto en práctica... así que me he dicho: hagamos una lista para el blog, que hace tiempo que no hago listas (ja!):
Pezones. Todo un clásico. Uno podría preguntarse ¿a quien no le pone que le toquen los pezones? Y mi respuesta sería pues a mi. Aunque, claro, todo tiene su medida justa para cada cual. A algunos les encanta que retuerzas, muerdas y de todo (yo tuve un rollete que un día me apareció con costras de lo que le habían apretado... o lo que fuera; aaaaagh!) y hay quien no puedes ni rozárselos. Yo pienso que lo correcto sería empezar como muy suave y ver qué caras pone el otro, que para apretar más, hay tiempo, pero para que te pegue un empujón porque les has hecho daño, no (yo es que soy un poco bruto y no soporto el dolor para nada y primero aviso pero luego empujo, ea).
Ano. Otro clásico. Esto me ha pasado alguna vez, que estás ahí currándotelo por delante y la cosa no avanza... pero rozas la parte de atrás y generas una dureza nunca vista. Claro, aquí habría que decir lo que me parece evidente, que es que pocos tios he encontrado en mi vida (y ha habido unos cuantos) que de verdad sepan hacer un buen trabajo anal. Y me refiero a simples dedos, tampoco te pienses. Yo es que soy como más activo... y puede que en parte sea por eso mismo: porque pocos hay que sepan hacer las cosas bien (que más de uno intenta entrarte sin saliba siquiera y, mira, dolor, muuucho dolor).
Preguntarte por tu punto G. Si las dos anteriores han fallado, suele ser el siguiente paso. Que todos sabemos que hay a quien le pone un montón que le toques la oreja, la base de la espalda o la punta del codo derecho (cosas más raras se han visto). Hombre, pierde la gracia del descubrimiento, pero ganas en ¿inequivocabilidad? Bueno, que vas a lo seguro. Aunque siempre te puede pasar que encuentres la rareza entre rarezas: que no tenga un punto G. A mí me pasa un poco eso, que soy más de la situación en general que de una parte de mi cuerpo en particular. Raro que soy, fíjate.
Dime guarradas. Si lo anterior falla puede que sea porque al tio lo que le pone es decir/que le digan guarradas directamente... o al menos así también puedes hacerte una idea del tipo de cosas que le podrían poner. Así, si te dice que le gustaría chupar tus botas de montaña, que le hagas pipí encima o que le cantes Marinero de Luces mientras, pues podemos hacerlo llegados a un punto. Conmigo esto no funcionó demasiado porque yo soy muy hombre y hacer dos cosas a la vez me colapsa. O follo o hablo, pero no tengo neuronas para tanto.
Recursos aleatorios. Si ni los pezones, ni el ano, ni tiene punto g ni te aclara mucho lo que le puede poner, ya entramos en la fase de medidas desesperadas. Pueden ser cosas que te pongan a tí (que, ya que estás, al menos pásalo bien), a ver si suena la flauta... o se levanta por lo menos, o lo primero que se te ocurra. En mi caso, no sé muy bien si por gusto propio o por falta de ideas, el chico optó por una medida un tanto escabrosa: la estrangulación erótica. Por supuesto, si me estaba costando empalmarme, después de esto fue completamente imposible. Pero, vamos a ver, maricón, si apenas nos conocemos y nunca hemos hablado de nada lejanamente similar, ¿cómo coño se te ocurre? Te decía que si me duele apretándome el pezón yo empujo, pues el gancho de izquierda me venía mucho a la mente... Al final fui a apartarle e inmediatamente paró. Eso sí, que después de esa laaarga noche espero que no se pregunte porqué no le volví a llamar.
Así en resumen: ¿qué hemos aprendido de todo esto? Que soy super difícil de follar. Pues sí (para nada, ya te lo digo yo...), pero también que cuando no conoces mucho y empiezan a surgir problemas de levantamiento, lo más importante es tener recursos. Igual tú tienes otras medidas infalibles o se te ocurren innovadores métodos que te han aplicado... pues pásame tu número y quedamos un día comparte alegremente tu sabiduría en los comentarios.
En resumiendo te lo digo: o hay química o no la hay.
ResponderEliminarY si no la hay puedes forzar la situación un par de veces pero más no.
A por otro!
Cuando se baja se baja, i punt.
ResponderEliminarY para mí lo más educado es decir "mira, se me ha bajado todo, vamos a dejarlo".
Pues sí, el protocolo existe, y la verdad es que pocas veces funciona. A mi si me chupan el pezón me duele, si me dicen guarradas me entra la risa, la estrangulación me mata... lo único es la orejilla, pero es algo que me dura como 3 segundos, luego vuelve a bajar.
ResponderEliminarNo sólo hay que tener chispa, a veces hay que tener ganas....
Lo mejor es acostarse, dormir un rato, y ver que pasa luego, si luego no pasa nada, pues se deja y au, tampoco es plan de forzar.
Yo tengo mis propias técnicas, pero sólo valen con mi pareja, en la línea de conocer su punto G, el tema es que hay muchos tíos que no tienen ni idea de cómo se pueden excitar, con lo que la cosa está dificil.
Jajajajajjaja si chupándola no sube... es que no sube.
ResponderEliminar:D
Como dicen por ahí arriba,si no hay química las dos primeras veces,llegar a la tercera es un error.
ResponderEliminarUna de las cosas más curiosas que me ha ocurrido: año 1997 (aprox.,que tampoco tengo tan buena memoria).El moi está en la cama con su primera relación más o menos seria,el cual,según dice,es completamente activo.Hasta aquí no hay problema,porque uno es,y ya lo he dicho alguna vez,pasivo de toda pasividad.Peeeeero,hartito de que no le pudiese ni tocar el culo,se me inflan los bemoles.Entonces le pongo tumbado boca abajo en la cama.Y empiezo a lamerle la espalda desde la nuca hacia abajo,haciendo círculos con la lengua y,cada poco rato,subiendo de nuevo hacia la nuca presionando sobre la columna vertebral con el mentón para volver a empezar.Así hasta que llegué al culo.Y claro,una vez allí,fue cosa de empezar a lamer ojete.A los dos minutos,mi querido me dice "para,para,por favor!!!".Yo pensando lo peor,que se iba a cagar.Y no,no fue lo peor,fue lo siguiente: se había corrido sin tocarle siquiera la polla.Toma castaña,con los activos!!!
esto es una guarindongada eric jajajjajajjajjaaj saludos merys ;
ResponderEliminarnaadaaa que eso es un gatillazo!! para que le buscas 2 penes al gato?
ResponderEliminarSi "Antoñita dice no, es que no" (parece el lema de una campaña de prevención de las violaciones) pero es verdad, como tiene vida propia, por ejemplo, para despertarse antes que uno, también tiene vida propia para cuando decide no colaborar... si se muere, se muere... aunque a mí me pone mucho que me acaricien despacito, sintiendo casi el roce de las yemas de los dedos en el vellillo, los huevos, eso me suele funcionar...
ResponderEliminarPues yo el rollo ese de la "química", el "morbo" y todo eso, si me quedo esperando a alguien que lo tenga, como que no habría follado aún, como mari tere la de calcuta. Esta claro que te tiene que gustar el tío y tener compatibilidad de olores, pero, por lo menos yo, unas veces tengo más ganas de follar que otras y algunas directamente ninguna y por eso no voy dejar a mi novio... Me parece una gilipollez pretender que todo te ponga siempre al límite del orgasmo múltiple. Si no es el momento, se deja para más tarde... El método es lo de menos. Cada uno lo que más le guste y arreando...
ResponderEliminarA mí una vez se me bajó y me relajé en la cama boca arriba, resignado, sin ponerle nada de interés al asunto, pero el muchacho que estaba conmigo se esforzó me ordeñó, ordeñó y ordeñó la pija flaccida durante un rato largo, largo... y se paró! juro que yo no contribuí en nada para que eso sucediera.
ResponderEliminarMuy bueno el post!!!
Saludos
Adorado Eric, veo que aplicas en tus quehaceres de restauración erectil las tres virtudes teologales: fe, esperanza y caridad (ahora parezco Observatio...) pero yo creo como los de ahí arriba que si no salta la liebre de la excitación, mejor dejarlo para otro momento...
ResponderEliminarPor cierto, lo de "Marinero de luces" me ha parecido lo más pervertido que he oído nunca... ;P
Besos fanáticos!
léanse el maravilloso manual de masturbación masculina (no es coña) ahí viene una receta maravillosa para volver a empinar cosas laxas.
ResponderEliminarEn casos de desesperación, lo que puede funcionar es volverse a vestir y ponerse a hablar de guarreridas y fantasías sexuales varias...
ResponderEliminar¿"Saliva" con "b"? Se me ha puesto pocha del todo y en este blog ya no hay quien me la levante.
ResponderEliminarEnhorabuena, anónimo, has encontrado una de las tres faltas de ortografía de todo el blog desde que lo empezamos en 2007.
ResponderEliminarCuando encuentres las otras dos, avisa.