sábado, 19 de febrero de 2011

Pero quedamos como amigos.


Las relaciones, los exes... cómo son, verdad? Yo he llegado a la conclusión de que acaba habiendo dos tipos de exes: los que dejas tú y los que te dejan a ti.

Con los que dejas tú parece que no es tan grave... tus razones tendrías (si no, es que eres tonto, guapetón). Los que te dejan son más jodidos de llevar... que si de repente parece que te los encuentras hasta cuando vas a comprar champú, que si justo el día que has ligado va y aparece y piensas que si hubieras estado solo hubiérais vuelto, que si la Gaga es una copia estrabóticamente antiestética de Madonna... tampoco te descubro nada nuevo, vamos.



Y claro, seguro que habrá alguno que pensará que se me olvida lo de dejarlo de mutuo acuerdo. Mira, eso es como la bisexualidad: no es que no me lo crea, pero me parece increiblemente marciano que la cosa sea exacta-exactamente al 50%. Siempre se va la cosa más hacia un lado o hacia el otro.

Si se acaba mal, pues odios, rencores y muñequitos de vudú con aquella camiseta que se dejó en tu casa y algunos pelos de su cepillo... pero el caso es que, muchas veces, es lo que pasa: que nos vemos imbuidos de toda la buena voluntad del mundo y decidimos quedar como amigos... Ya sabes: de vez en cuando tomáis algo, váis al cine, a jugar a la petanca, folláis y ¡alto! Que justo ahí es cuando el tema puede pasar de platino a caoba

Yo es que nunca he sido mucho de medias tintas (y tintes tampoco mucho). Estar como follamigo de alguien que te gusta puede acabar en tragedia y si es él el que va detrás de tí, puedes hacerle daño. Así que antes de que la sangre llegue al rio, hay dos opciones: 
  • Firmar un acuerdo escrito con vuestra propia sangre en presencia de tres notarios y 12 testigos (más vale que sobre) sobre pergamino de pitiminí una noche de luna llena con Marte en Piscis por el que os comprometéis a no follar juntos así Ramoncín saque otro disco.
  • o decir que sí, que amiguísimos pero cada cual culo por su lado y Dior en el de todos.
Claro, también está la opción secreta C, que es dejarse llevar, prometerse que si hay algún problema se hablará inmediatamente y al cabo de x tiempo volver... al principio de esta entrada en un bucle infinito. Pero como no me apetece un autoAnaRosa ahora mismo, mejor lo dejo aquí y otro día seguimos con más pajas mentales.

9 comentarios:

  1. Los amigos de mis amigos son sus amigos. No mezclar es la respuesta.

    ResponderEliminar
  2. Yo creo que no se debe abusar de los follamigos, o tener las ideas muy claras, mejor hacer trios con tu pareja, así no hay riesgos, jejejejeje

    ResponderEliminar
  3. En mi caso soy muy cortante, cuando lo dejo lo dejo, lo de quedar como amigos para mi es saludarse cuando lo ves por la calle y poco más. Quedar con un ex tuyo para ir al cine, jugar a la petanca o imitar a Lady Gaga sólo puede llevar al sexo.

    Yo como mucho quedaría con un ex para ir a un cuarto oscuro a ligar, ahí seguro que no hay sexo, jajaja.

    ResponderEliminar
  4. Se os ha olvidado la distinción entre los que dejas porque ya no te ponen, aunque sean muy majos (que entonces se quedan como amigos y ya) y los que dejas porque, a pesar de que te ponen una barbaridad, son inaguantables. Con estos cortas, vuelves de nuevo, vuelves a cortar, despues de cortar sigues follando... hasta que decides que hay que cortar ese bucle de una vez, porque no va a cambiar y sigue siendo inaguantable.

    ResponderEliminar
  5. y de los follamigos si uno quiere convertirse en novio y otro no? Seguir siendo amigos o cortar? jaja

    ResponderEliminar
  6. Exes=kaka
    Si algo he aprendido a mis treintaytodos es que lo único bueno que tienen los hombres es que hay más.

    ResponderEliminar
  7. El colmo de los exes:
    Que uno de tus exes sea tu ex porque te dejó por otro de tus exes.

    ResponderEliminar
  8. El problema es cuando la gente no deja las cosas claras y se piensa lo que no es. Lo mejor es decirlo todo y aclararlo bien, aunque eso pueda dolerle al otro o a nosotros.

    ResponderEliminar
  9. Cada uno que te deja tendría qu volverse hetero un 1.000.000 X 100, y que le tocara una gorda sudorosa apestanto a sobaco y a pies. Sólo eso les deseo.

    ResponderEliminar

¡Maricón el último!