Amores de verano

El verano casi ha acabado... y las vacaciones se terminan, los kioskos se llenan de fascículos coleccionables a cada cual más estrambótico, volvemos a escribir en el blog... e incluso es posible que tengas que olvidarte de ese chico tan achuchable del que te enamoraste perdidamente... porque es lo que tienen los amores de verano: que pasas una temporadita maravillosa en las nubes y antes de que te des cuenta todo se ha acabado y no sabes ni qué ha pasado...

Yo no sé si será porque las canciones de los chiringuitos nos hipnotizan, porque la ensaladilla rusa y el pescaito frito desprenden feromonas o porque, así como en primavera la sangre altera, en verano... pues en verano se nos abre el ano (para los activos no se me ocurre rima, se siente), pero haciendo memoria lo cierto es que personalmente sí que he conocido chicos muy maravillosos en esta época y, efectívamente, me han durado tres telediarios.

Y no te creas, que una cosa sería decir que estás en la Conchinchina de vacaciones veraniegas, cocoteros (o torres eiffeles, es lo mismo), discotecas, unos cuantos mojitos bien cargados, pimpampúm y enamorados de la moda juvenil. Luego te vuelves a casa y se monta el drama... pero NO. Es que a mí estas cosas me pasan sin moverme de mi ciudad (y con gente de aquí mismo, que tampoco estaba de vacaciones ni nada, quiero decir). Si me pongo a hacer cuentas, sospechosamente demasiados veranos con rolletes intensos emocionalmente hablando (por decirlo así)...

Podemos pensar eso, que por la razón X estamos más salidos, ligamos más, conocemos a más gente y (lógicamente) hay más posibilidades de que alguno te encaje (como un botón una polla en un ojal), pero ¿y eso de que dure como mucho un par de meses (tirando muuuy por lo alto) y se acabó? ¿Sólo me pasa a mí? ¿Será casualidad? ¿Será una maldición? ¿Llamamos a Mulder y Scully? ¿A la pitonisa Lola?

Así que llegados a un punto estoy por empezar a no fiarme un pelo de todo proyecto-de que conozca entre mayo y agosto (por poner una fecha)... porque casi seguro que en menos que canta baila un gayer se ha ido todo al garete... Eso sí, a disfrutarlo mientras dure y que nos quiten lo bailao follao.